martes, 22 de febrero de 2011

Va terminando el Verano, se viene el Otoño, temporada de polainas, lluvia, hojas secas y también de amores. Porque todos dicen que la Primavera es la estación del amor, pero está clarísimo que en Otoño se forman más parejas. Si en Otoño estás solo te empezás a sentir solo. Pero lo peor no es sentirse solo, si no ver que nadie más está solo. Porque aunque digan que siempre hay un roto para un descocido, muchas veces uno es el que está roto, descocido y solo. Como ardillas que cuando llega el Invierno buscan su bellota para hibernar, nosotros en Otoño buscamos nuestra bellota para amar. Podés hacerte la moderna y no usar ni sweater, ni guantes, pero si no conseguís novio en Otoño no existís, porque en Otoño si o si se usa novio, eso dicen. ¿Por qué usamos lo que usamos? ¿Quién dice que tenemos que usar lo que usamos? ¿Alguien nos usa cuando usamos lo que usamos? Todos van para el mismo lado. ¿Es posible tomar otro camino, uno distinto? ¿Se paga un precio por no seguir a la manada? Por los colores que se usan, los zapatos, por un vestido, por la canción del momento, por lo que sea, nos dejamos atrapar. Nos entregamos inocentes a lo que otros dicen que debe ser, creyendo que vamos a encontrar lo que buscamos aunque no sepamos lo que buscamos, aunque no sepamos lo que sentimos. Nos encanta la moda, ¿por qué? Si es algo imposible de alcanzar, ¿será justamente por eso? Es sólo una ilusión que no podemos tocar. Por eso digo basta, esta vez dejo de correr detrás de lo que no se puede alcanzar, sigo mi camino y acepto lo que hay para mí. Esta vez voy a ser yo, mi novio de Otoño que espere, estoy dispuesta a esperar al amor real.

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