miércoles, 17 de diciembre de 2008

¿Hace falta que te diga, que me muero por tener algo contigo? Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amiga. Ya no puedo acercarme a tu boca, sin deseártela de una manera loca. Necesito controlar tu vida, ver quién te besa, y quién te abriga. [...] Ya no puedo continuar espiando, día y noche tu llegar adivinando. Ya no sé con qué inocente excusa pasar por tu casa. Ya me quedan tan pocos caminos, y aunque pueda parecerte un desatino, no quisiera yo morirme sin tener algo contigo.

No hay comentarios: