Después de la lluvia, el perfume de la angustia y el sonido del silencio que dejás cuando te vas. Después de no sobrevivir a las mañana de ese Abril nubladas como rotas. Viajo bien adentro a la ciudad del desencuentro, capital del nuevo centro del vacío existencial. Cómo me desilusionás cuando amagás y tiroteás sin terminar las cosas. Libertad, mi casa es un desastre, mi vida un poco más. ¡Corazón, qué caros son los precios del amor! No te encontré en el centro hoy y una secuencia de terror, y soñé pasiones locas con vos, y simplemente pasa que... tengo ganas de verte. Algo habré perdido que ando tan comprometido en buscar adentro tuyo algo que está adentro mío, algo para poder tapar mi gran agujero espiritual, mis ilusiones rotas. Creo que buscarte es más digno que pensarte, más difícil que encontrarte y menos triste que olvidarte. [...] Y simplemente pasa que... tengo ganas de verte.
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