sábado, 6 de marzo de 2010

Yo no tenía ganas de reír, tú no reías para no llorar; yo le guiñaba un ojo a mi nariz, tú consolabas a tu soledad. Yo sin ninguna escoba que vender, tú con mil y unas noches que olvidar; a mí no me quería una mujer, a ti se te moría una ciudad. Tú habías perdido el último autobús, a mí me habían echado de otro bar; los mismos alfileres de vudú, el mismo cuento que termina mal. Pero quiso el cielo bautizar el suelo con su gota a gota, y con shampoo de arena para tu melena de muñeca rota. Y tu mirada azul me dijo cara o cruz, y mi alma de tahúr lo puso a doble o nada. Y los peces de colores de mis botas, y tus marchitos zapatitos de tacón, locos por naufragar salieron a bailar al ritmo de la lluvia sobre las capotas el rock and roll de los idiotas. Yo no venía de ningún país, tú ibas camino de cualquier lugar; conmigo no contaba el porvenir, de tu no se acordaba el verbo "amar". Yo no jugaba para no perder, tú hacías trampa para no ganar; yo no rezaba para no creer, tú no besabas para no soñar. Y sin equívocos de vodevil ni alertas rojas en el corazón, el Dios de la tormenta quiso abrir la caja de los truenos y tronó, porque quiso el cielo acariciar el suelo con su gota a gota, y con shampoo de arena para tu melena de muñeca rota. Qué disparate de partida de ajedrez, con un partenaire adicta al jaque mate. Y tu bolso como un nido de gaviotas y mi futuro con pan duro en el cajón, locos por naufragar salieron a bailar al ritmo de la lluvia sobre las capotas el rock and roll de los idiotas. Capeando el temporal salieron a bailar como dos locos bajo el chaparrón de notas del rock and roll de los idiotas. El rock and roll, el rock androll de los idiotas. Como tú y como yo, el rock and roll de los idiotas. Se marcó la calle con aquel detalle de dejarnos solos.

♪ ♥ !

No hay comentarios: