miércoles, 3 de marzo de 2010

No pretendo que te desvelen las ansias de verme, no quiero que te acerques aunque yo también lo desee. No pretendo atribuirte mis mañas y caprichos, ni hacerte el único culpable de mis enojos. No quiero sentir que no tenemos nada en común, que lo que diga que el resto de la gente a quién le importa, si sabemos que para nosotros no habría lugar más hermoso ni segundos mejores invertidos que los que pasan estando juntos. No quiero remontarme al cómo, ni al cuándo que de esto ya no hay nadie que pueda decirlo con palabras mejores que las tuyas. No me puedo dar el lujo de desperdiciar cada cosa que dicen tus caricias, no me interesa ahorrarme cada beso, empeñar ilusiones sin devoluciones, que de esto ya no hay nadie que pueda decirlo con miradas más sinceras que las tuyas. Aunque no me digas nada, aunque yo no diga nada, sabemos bien qué es lo que pasa. No pretendo seducirte con palabras mediocres porque no hace falta que lo escriba y describa adornando oraciones, diciéndolo de mil formas diferentes, de un lado a otro, gritándolo a quien de verdad no le importa. Sabemos que a nosotros sí.

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