miércoles, 17 de diciembre de 2008

Disfruta de la fuerza y de la belleza de la juventud. No me hagas caso. Nunca entenderás la fuerza y la belleza de la juventud hasta que se te haya marchitado. Pero, creéme, dentro de veinte años cuando en fotos te veas a ti mismo comprenderás, de una forma que no puedes comprender ahora, cuántas posibilidades tenías ante ti y lo lindo que eras en realidad. No estás tan gordo como te imaginas. No te preocupes por el futuro. O preocúpate sabiendo que preocuparse es tan efectivo como tratar de resolver una ecuación de álgebra masticando chicle. Lo que si es cierto es que los problemas que realmente tienen importancia en la vida, son aquellos que nunca pasaron por su mente, de ésos que te sorprenden a las cuatro de la tarde de un martes cualquiera. Todos los días has algo que le temas. Canta. No juegues con los sentimientos de los demás. No toleres que la gente juegue con los tuyos. Relájate. No pierdas el tiempo sintiendo celos. A veces se gana y a veces de pierde. La competencia es larga y al final sólo compites contra ti mismo. Recuerda los elogios que recibas. Olvida los insultos (Pero si consigues hacerlo, dime cómo). Guarda tus cartas de amor. Tira los viejos extractos bancarios. Estirate. No te sientas culpable si no sabes muy bien qué quieres de la vida. [...] Toma mucho calcio. Cuida tus rodillas, sentirás la falta que te hacen cuando te fallen. Quizás te cases, quizás no. Quizás tengas hijos, quizás no. Quizás te divorcies a los cuarenta. Quizás bailes el vals en tu 75º aniversario de bodas. Hagas lo que hagas no te enorgullezcas ni critiques demasiado. Siempre optarás por una cosa u otra como todos los demás. Disfruta tu cuerpo. Aprovéchalo de todas las formas que puedas; no le tengas miedo, ni te preocupes de lo que piensen los demás, porque es el mejor instrumento que tendrás jamás. Baila. Aunque tengas que hacerlo en la sala de tu casa. Lee las instrucciones aunque no las sigas. No leas revistas de belleza, para lo único que sirven es para hacerte sentir feo. [...] Aprende a entender a tus padres. Será tarde cuando ellos ya no estén. Llévate bien con tus hermanos. Son el mejor vínculo con tu pasado, y probablemente serán ellos los que te acompañen en el futuro. Entiende que los amigos vienen y se van, pero hay un puñado de ellos que debes conservar con mucho cariño. Esfuérzate en no desvincularte de algunos lugares y costumbres, porque cuanto más pase el tiempo, más necesitarás a las personas que conociste cuando eras joven. Vive en alguna ciudad alguna vez, pero múdate antes de que te endurezcas. Vive en el campo alguna vez, pero múdate antes de que te ablandes. Viaja. Acepta algunas verdades ineludibles: Los precios siempre subirán. Los políticos siempre mentirán, y tú también te envejecerás, y cuando seas viejo añorarás los tiempo cuando eras joven, los precios eran razonables, los políticos eran honestos, y los niños respetaban a los mayores. Respeta a los mayores. No esperes a que nadie te mantenga, pues tal vez recibas una herencia, tal vez te cases con alguien rico, pero nunca sabrás cuánto durará. No te hagas demasiadas cosas en el pelo, porque cuando tengas cuarenta años, parecerá el de alguien de ochenta y cinco. Se cauto con los consejos que recibes, y ten paciencia con quiénes te los dan. Los consejos son una forma de nostalgia. Dar consejos es una forma de sacar el pasado del tacho de la basura, limpiarlo, ocultar las partes feas, y reciclarlo, dándole más valor del que tiene. ¡Todos somos libres!

1 comentario:

Daai ~ dijo...

no manzana que sos re fantaciosaaa & soñadora ajaja =) yo tmb pero vos muchos mas ^^ nose de donde l osacas todo pero me re gusta ^^ cuidate inmundiciaa :D